domingo, 14 de noviembre de 2010

Hoy me he encontrado a Caperucita Roja de camino a casa. La verdad es que la imaginaba más risueña y con las mejillas sonrosadas. Se la veía triste. Me ha confesado que estaba harta, que el lobo ya no la hacía caso. Sólo fingió asustarse al verle, para no parecer tan facilona, pero que en realidad deseaba que la comiera.
Y me ha caído bastante bien.

3 comentarios:

  1. La vida está llena de caperucitas y de lobos.

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  2. Tienes razón Anel... sobre todo mucha caperucita tonta hay, diría yo.

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  3. Me encanta esta entrada =)
    Y si te dijo eso, a mí también me cae bien Caperucita, mira tú jajaja.

    Gracias por pasarte por mi blog y... ¡ yo también te sigo!

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