Esta noche te muerdo, me asfixias y te escuezo. Te araño la espalda y te doblo los huesos. Mi corazón late al ritmo de tu aliento y me saltan las alarmas si no veo en tu mirada, tu deseo. En el suelo está mi camisa destrozada, pisada por mentiras y sueños. Me arranco la piel con cada susurro, con cada gemido, con cada beso.
Hay veces en las que la ropa sobra y... esta es una de ellas ¿no?
ResponderEliminarSí, aunque le traiga remordimientos ;)
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