domingo, 9 de octubre de 2011

No quiero nada tuyo. No me apetece verte, ni oírte, ni olerte. No quiero conocer tu felicidad. No quiero cruzarme contigo, ni buscarte en las calles, ni alcanzarte con la mirada. No quiero tus cuídate ni tus sentencias. No voy a pensar en ti, ni en tu mundo, ni ver tus fotos o leer tus palabras. Ni tu rutina, ni tu amistad, ni tus elogios. Sigo sin querer nada tuyo. No quiero saber en qué gastas el tiempo, o lo bien que se te da la amabilidad. No quiero tu voz, tus saludos, tus bromas. No quiero compartir ningún momento, ningún gesto, ningún detalle que poder recordar. Nada, tan solo nada.