lunes, 15 de noviembre de 2010

Esta noche te muerdo, me asfixias y te escuezo. Te araño la espalda y te doblo los huesos. Mi corazón late al ritmo de tu aliento y me saltan las alarmas si no veo en tu mirada, tu deseo. En el suelo está mi camisa destrozada, pisada por mentiras y sueños. Me arranco la piel con cada susurro, con cada gemido, con cada beso.

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