sábado, 23 de octubre de 2010

Se puso su falda más corta y sus zapatos más altos. Labios rojos de pasión perdida, y chaqueta de cuero negra, como su alma. Sinceramente, no dejaba mucho a la imaginación esa noche. Pobre inocente, creía que por revelarse consigo misma se revelaba contra su corazón...

2 comentarios:

  1. Pues a mí me deja muchísimo para la imaginación. Voy un momento al baño y te devuelvo la imagen. Gracias.

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  2. jaja Pues yo la vi y no me hizo falta para nada imaginar... Serás tú que la usas en exceso ;)

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