martes, 19 de octubre de 2010

Un día cualquiera

Y me vi lejos, lejos de todo lo que había soñado, con una lágrima fría y penetrante descendiendo a través de mi rostro. Caí de rodillas en el suelo, me dejé llevar. No pensé nada más, "todos escondemos algo", eso sí. Una nueva gota tocó mi piel triste y gris, era la lluvia, la tormenta que tenía dentro. La que inundaba cada uno de esos días…
Y ahora, saber que no estaba lejos, que estaba cerca, que quedaban ya pocas lágrimas más. Que todo puede cambiar, sí.
Y sí, para mejor.

1 comentario:

  1. Todo cambia, siempre, constantemente. La vida es cambio. Y si bailamos con la vida, en lugar de darle la espalda, nos lo pasamos mejor.

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