Pero ella no respondió.
- Adiós -repitió.
La flor tosió, más no a causa de su catarro.
-He sido una tonta -le dijo al fin. Te pido perdón. Trata de ser feliz.
Al principito le sorprendió la ausencia de reproches. Permaneció allí, todo desconcertado, con la campana de cristal en la mano. No comprendía esa dulce mansedumbre.
- Sí, te quiero. -le dijo la flor.
DE SAINT-EXUPÉRY, Antoine; El Principito
Tengo pendiente leérmelo, siempre lo voy posponiendo con otros libros.
ResponderEliminarUn muá.
Pues deberías hacerlo... es una manera de descubrirse.
ResponderEliminar"La geografía, en efecto, me ha servido de mucho; a primera vista podría distinguir perfectamente la China de Arizona. Esto es muy útil, sobre todo si se pierde uno durante la noche"
ResponderEliminardebo confesar que llore en el final de este libro, (¿cuanto años tenia?, once, doce)
ResponderEliminarun libro grandioso.^`
lindo espacio.^^
suerte.
le petit prince, siempre que lo lees descubres algo nuevo...
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