Qué bonito es decirle
manos de terciopelo
ojos profundos, ojos y
espalda de fuego.
Más bonito es decir
te quiero
cada día más
cada segundo que puedo.
Pero a mí me agotó el amor
sentada esperando tus besos
tus melancolías y tus hazañas
tus recuerdos.
Y entonces aparece, y dice
lo siento
no hay nada más aquí.
Y yo tan sólo espero, tan sólo
incierto.