Y es que te miro y lo veo. Ojos clavados que dan luz, y se sostienen en sombra. Profunda mirada que cautivas sin rencor, sin dolor. Temor infinito. Amor que no pausa. Esperanza y muerte que se llenan de destellos de ellos, tus ojos. Camino, mirada, aliento. Sinceridad, misterio, locura que me destroza. Y es que te miro y lo veo. Veo los míos en tu alma reflejados.
Y qué bonito es verlo, espero que con esto te entren más ganas de escribir, porque me gusta leerte y ya no lo haces tan a menudo.
ResponderEliminarLa verdad es que entran más ganas de escribir si hay alguien que sabes que quiere leerte.
ResponderEliminarGracias :)
Dicen que la mirada es el espejo del alma, y este texto lo confirma :)
ResponderEliminarSigue escribiendo preciosa!
Es difícil encontrar la fuerza, el ritmo, y la belleza del estilo de Bécquer en la prosaica red del siglo XXI, te felicito, me han emocionado tus versos.
ResponderEliminarPrecios escrito que me trajo una historia a la memoria. Un lago lloraba porque Narciso no venía más, al oir su llanto vinieron las ninfas y le espetaron. ¿por qué lloras? ¡¡Narciso no venía por ti, venía a verse a sí mismos en tus ondas!! A lo que el lago respondió: mientras se miraba en mis aguas, yo me miraba en sus ojos!!
ResponderEliminarCuando más releo tu entrada más me gusta!
ResponderEliminarSí, en la salud y en la enfermedad, y eso es lo bonito :)
Por cierto, me ha encantado el comentario de El Drac ^^